Llamada en botánica Spinacia oleracea, la espinaca es una planta herbácea y anual que pertenece a la familia de las Quenopodiáceas, donde encontramos otras plantas como la quinoa (género Chenopodium) o la remolacha (género Beta).
Como principal característica, podríamos decir que tiene una raíz pivotante poco ramificada y de desarrollo superficial, y que al principio, desarrolla un grupo de hojas entre las que se forma al final de su ciclo un tallo floral que puede alcanzar los 80 cm. Como dato curioso, la espinaca es una planta dioica, por lo que puede haber plantas masculinas y otras femeninas, las cuales serán las que produzcan las semillas.
Existe una amplia variedad de tipos de espinacas, y aunque pertenezcan a la misma familia, hay diferencias bastante notables entre ellas. Las más populares entre su especie son las “espinacas savoy”: de hoja rugosa, crespa y relativamente dura.
A continuación hablaremos sobre sus beneficios, propiedades y su cultivo.
BENEFICIOS Y PROPIEDADES
Como hoja verde que es, la espinaca, está compuesta en su gran mayoría de agua, teniendo apenas 23 calorías por 100 gramos de producto. Pero debes saber que es una planta pobre en grasas, carbohidratos y proteínas.
Su importancia nutricional se encuentra realmente en sus aportes vitamínicos y minerales. Y es que la espinaca es rica en dos tipos de vitamina, las cuales son:
- Vitamina A: para que nos hagamos una idea, 100 gramos de espinaca cruda aportan el 59% de la dosis diaria necesaria para mantener una buena salud oftálmica y para fortalecer el sistema inmunitario.
- Vitamina C: 100 gramos de espinaca contienen 28 miligramos de esta vitamina que es el 34% de la dosis diaria recomendada por los expertos médicos, necesaria para reducir la hipertensión o para mejorar nuestra piel, además de tener virtudes desestresantes.
A su vez, este tipo de hojas, nos aporta magnesio, y es que 100 gramos de espinaca aportan el 22% del magnesio recomendado por los especialistas en nutrición. Esto nos ayudará a mantener la musculatura y a reducir el cansancio y la fatiga. Además, también es rica en manganeso, y es que el 43% de la dosis diaria recomendada se encuentra en 100 gramos de espinaca cruda, lo cual favorece la producción de tejidos cartilaginosos y ayuda a absorber la Vitamina E.
El que este tipo de hoja proporcione bajos niveles de hierro o calcio, se debe a la presencia del ácido oxálico, que evita una buena asimilación de minerales. Por esta razón es más conveniente para nuestro organismo consumirlas cocinadas, en lugar de crudas; pues de esta manera no interferirán en gran medida a la absorción de otros minerales, que nuestro cuerpo ya conserva.
CULTIVO Y RECOLECTA DE LA ESPINACA
Uno de los principales problemas a la hora de cultivar la espinaca es que inicia la floración muy pronto, sin dar tiempo a la formación de un buen grupo de hojas, pues a partir de ese momento se deterioran.
Pero, ¿antes de comenzar a cultivar y plantar, qué debo saber sobre el cultivo de la espinaca?
La espinaca, normalmente, se adapta a todo tipo de tierras, pero siempre tiende a preferir las tierras frescas. Aunque es cierto que este tipo de hoja no se adapta a:
- Tierras encharcadas o inundadas.
- Tierras muy calizas, que podrían ocasionar clorosis, lo que hace que las hojas se amarilleen.
- Tierras muy ácidas, que pueden hacer que la planta se enrojezca.
Uno de los puntos a favor de la hoja de la espinaca es que se adapta y tolera la sombra, lo cual es ideal para realizar permacultura (sistema de principios de diseño agrícola, económico, político y social basado en los patrones y las características del ecosistema natural) bajo la sombra de frutales o arbustos diversos ocupando los estratos inferiores del bosque de alimentos.
En cuanto a las temperaturas, no soporta el frío por debajo de los -7 grados centígrados. La temperatura óptima para su desarrollo se encuentra entre los 15ºC y 18ºC.
CULTIVO
A la hora de abonar este cultivo, se deben evitar abonos orgánicos con alto contenido en nitrógeno, ya que es una planta que tiende a acumular muchos nitratos en las hojas.
Para una producción de entre 25-30 t/ha, y según las necesidades nutricionales de la espinaca, se recomienda un abonado con fertilizantes con una relación N: P2 O2:K2 O del orden del 3: 1: 4. Pueden consultar nuestros productos recomendados para este cultivo y dicha composición en www.fertisac.es. En el momento en el que se observa la aparición de un tallo floral, conviene eliminarlo para una plantación mucho más óptima y efectiva, salvo en el caso de que uno de nuestros objetivos sea conseguir semillas, por lo que la conservaremos.
La espinaca, es una hoja que se suele sembrar a finales de verano (agosto-septiembre) para conseguir buenas producciones de otoño-invierno y a finales del invierno para conseguir producciones primaverales.
En cuanto al riego, estos deben ir orientados con la finalidad de conseguir un nivel de agua estable y constante, cerca de conseguir una estabilidad en la temperatura del cultivo. Uno de los sistemas que funciona a la perfección con este tipo de cultivo es el “riego por aspersión”.
RECOLECTA
La forma más correcta a la hora de recolectar este tipo de cultivo es realizando varias pasadas, de manera que se vayan cortando poco a poco las hojas más desarrolladas. Lo óptimo es darle 4 o 5 pasadas al cultivo, rompiendo en la base del peciolo limpiamente sin producir desgarros innecesarios. También es posible llegar a cortar la planta entera, lo cual se lleva a cabo cortando por debajo de las hojas a 1 cm de la corona de la raíz.
En el caso de querer recolectar las semillas, tenemos que tener la precaución de mantener una distancia de al menos 1 kilómetro entre diferentes variedades en flor. Para poder recolectar las semillas debemos dejar que esta madure, lo cual ocurrirá cuando las hojas se hayan secado y los frutos hayan adquirido un tono marrón claro.