El almendro se origina en un inicio en las montañas de Asia central, en regiones silvestres muy próximas entre sí. Su rápida propagación se debió al hecho de que la semilla, la unidad de propagación y el fruto comestible son el mismo. De esta forma, la almendra fue distribuyéndose por todas las civilizaciones primitivas, desde Persia y Mesopotamia hasta España (segundo país que más almendras produce actualmente).
Su cultivo ha sido históricamente propicio en las zonas de costa, pero poco a poco se ha ido expandiendo hasta zonas del interior, así como del norte. Por último, antes de entrar en detalles acerca de su plantación, se debe tener en cuenta que se trata de uno de los cultivos más rentables que existe. Esto es gracias a la cantidad de usos que tiene este fruto, desde la alimentación hasta los cosméticos.
Pero, yendo a lo que importa, ¿cómo puedo comenzar mi plantación de almendros? Si quieres saber la respuesta, sigue leyendo.
Factores determinantes
Los factores más importantes que debemos tener en cuenta son los siguientes: forma de cultivo, condiciones climatológicas y el terreno decidido para realizar el cultivo.
Forma de cultivo
Existen dos variantes a la hora de plantar un almendro. Una más barata y accesible para todos, y otra más cara, pero con resultados prometedores.
La primera, consiste en el uso de semillas (frutos secos no procesados) para realizar la plantación. Dado que son tan sencillos de obtener como coger cualquier almendra sin haber sido tratada, son altamente accesibles para todos.
En caso de decidirte por esta opción, te recomendamos germinarlas antes en un ambiente controlado.
Por otra parte, la alternativa son los arboles jóvenes o brotes. Resulta algo más costosa esta opción, pero suele dar unos mejores resultados a largo plazo, ya que omites la fase de germinación de las semillas.
Temperatura y condiciones medioambientales
El crecimiento del almendro progresa durante todo el año, aunque con ciertas limitaciones. La primavera es la época en la que este árbol saca su flor a relucir como consecuencia de la llegada de las temperaturas cálidas.
El terreno que elijamos para comenzar nuestro cultivo debe estar situado en un entorno medianamente caluroso, con una oscilación de temperatura que no baje de los 3 o 4 grados en invierno. Y es que las heladas son el principal enemigo de este sabroso fruto, pese a presentar una considerable resistencia a las bajas temperaturas, pueden suponer un gran problema para nuestra cosecha.
Si tuviéramos que establecer una temperatura ideal en la que el almendro se encontrara en las mejores condiciones posibles, estaría rondando entre los 15 y los 18 grados centígrados.
Terreno favorable
Los restos de plantaciones anteriormente realizadas deben ser retirados antes de comenzar con el cultivo de los almendros, así como limpiar los restos de monte bajo. Este proceso previo nos ayudará a asegurarnos de que nuestro cultivo no sufrirá el ataque de diversos hongos del suelo o, la asfixia radicular.
Como paso previo a la plantación, tendrá que prepararse correctamente el terreno. Mediante un desfonde profundo, seguido de laboreos cruzados, conseguiremos que las raíces del almendro reciban los nutrientes necesarios. Por último, nivela el terreno y estarás preparado para comenzar tu plantación de almendros.
Esperamos haberte ayudado a conocer las fases y criterios que debes tener en cuenta si estas pensando en aventurarte al mundo del cultivo del almendro. No podríamos finalizar este blog sin recordarte que en nuestra página web podrás encontrar gran cantidad de fertilizantes que podrán ayudarte en el cultivo de tus almendros o cualquier otro fruto.