Como veremos en este artículo, el éxito de nuestro olivar depende de muchos factores; pero si tuviéramos que decir dos requisitos fundamentales para el óptimo cultivo del olivo serían el clima y el suelo.
Como es lógico, no solo bastará con cultivar en un entorno perfecto, con un terreno a prueba de heladas, y un clima mayormente soleado; a esto hay que sumarle unas técnicas de cultivo concretas y una adecuada selección de variedades.
Requisitos que debe presentar el suelo
En este apartado hacemos referencia al entorno natural en el que se ubica el olivar. Los lugares más adecuados para situar nuestros olivos son dos:
- Lugar ligeramente inclinado que finaliza en una superficie plana, donde los vientos fríos puedan escapar con facilidad.
- Lugar plano donde no se presenten ni heladas, ni corrientes frías.
Se recomienda evitar los sitios planos rodeados de colinas, ya que estos están expuestos a heladas tanto en primavera como en invierno (siendo las mas graves en invierno).
El olivo es un árbol que necesita mucha luz para ser altamente productivo, además, odia el exceso de humedad en el suelo. Por este motivo, debe elegirse un campo bien drenado donde no puedan acumularse excesos de agua.
Antes de comenzar a plantar nuestro olivar, el suelo debe mantenerse inactivo durante unos 3 o 4 años; de esta forma, evitaremos la aparición de hongos.
Con el fin de destruir la maleza perenne y así suavizar el suelo, debe realizarse un arado profundo de unas 20 pulgadas (entre 45 y 50 cm). Este proceso ayudará a que las raíces de los arboles se desarrollen mucho mejor.
Por último, es fundamental lleva a cabo un análisis de las características del suelo. Con los resultados obtenidos, podremos especificar cuál es el tipo de fertilizante y su cantidad necesaria. En Fertisac contamos con un equipo humano altamente especializado que puede asesorarte en este área.
Condiciones climáticas
Las condiciones climáticas son esenciales para prácticamente cualquier cultivo. El olivo no es menos, y las zonas con clima mediterráneo son sus preferidas. En estas regiones los inviernos son seguidos por primaveras soleadas y veranos calurosos.
La temperatura anual media que debe tener el clima donde se vayan a cultivar olivos con fines comerciales debe fluctuar entre los 15 y 20 grados centígrados. Las temperaturas máximas y mínimas que pueden soportar estos arboles sin sufrir daños graves van desde los 40 ℃ hasta los -7 ℃.
Por debajo de los -7℃, nuestro cultivo puede sufrir daños importantes; la resistencia del árbol al frío depende de diversos factores tales como:
- Rapidez con la que la temperatura baja.
- Longitud de las heladas.
- Presencia de vientos fríos y la humedad.
- La germinación y salud de la variedad elegida.
- Condiciones climáticas previas a una helada.
Al contrario de lo que se podría interpretar, una cantidad determinada de frío siempre es necesaria; de esta forma, los olivos no pueden ser plantados en climas tropicales.