El nitrógeno es poco estable en el suelo por lo que es imprescindible su aplicación anual. Sin embargo es importante no aplicarlo en exceso. Nunca se deben superar los 150kg/Ha.
El fósforo, suele existir en cantidad suficiente en el suelo, pero en formas poco asimilables por las plantas. La cantidad de P2O5 a aplicar es algo más de un tercio de la de nitrógeno.
El potasio es abundantemente extraído por el olivo, por lo que pueden presentarse deficiencias y en ocasiones es necesario aplicar hasta 2 kg de K2O por árbol (Unos 200 kg/Ha).
Es muy importante adicionar boro.
Además, para prevenir la clorosis férrica se debe añadir hierro en forma ferrosa estabilizada y emplear fertilizantes ácidos. Se considera conveniente emplear fertilizantes de forma que se consiga una relación N:P2O5:K2O del 10:4:7 pudiendo llegar el K2O a 20.