El trigo: un mundo más allá

Cereal de trigo

El trigo es el cereal más cultivado y consumido del mundo. Forma parte de nuestra dieta diaria y se encuentra en la mayoría de productos procesados que encontramos en el supermercado. Sin embargo, desde hace un tiempo su fama se ha visto comprometida por los diversos estudios publicados sobre las harinas refinadas, ya que han demostrado consecuencias perjudiciales para nuestra salud, como puede ser fomentar los picos de azúcar, la obesidad y otras enfermedades como la diabetes. (más…)

Qué sembrar en febrero

Cultivo de acelgas

Los días cada vez son más largos, el buen tiempo se aproxima y los huertos lo saben. Por ello, es necesario ir adaptando nuestros cultivos.

El tiempo en esta época del año puede ser impredecible. Aunque durante una semana disfrutemos del sol, a la siguiente podemos sufrir la incesante lluvia. Por ello, es necesario elegir correctamente las verduras y hortalizas que sembraremos en nuestro huerto o campo, a la vez que mantener cuidado el estado del suelo, apropiándolos a este mes previo a la primavera.

Remolacha

La remolacha es una hortaliza procedente de la zona costera del norte de África. Destaca entre sus variedades la usual remolacha caracterizada por su tinte rojizo. Este se debe a dos pigmentos: la betacianina y la betaxantina. Como estos no pueden ser digeridos, producen que la orina luzca este tono.

La remolacha puede ofrecer diferentes usos: se pueden consumir sus raíces cocidas en algunas comidas como las ensaladas; como colorante en productos alimentarios o para extraer azúcar.

El cultivo de la remolacha es relativamente fácil, creciendo al sol y en suelos ricos en nutrientes y ligeros.

Es importante sembrar a poca profundidad para evitar los tallos débiles. El riego será abundante y la tierra tendrá que permanecer húmeda hasta aparecer las primeras hojas tras aproximadamente diez días. 45 días después, cuando la planta presente unas 3 o 4 hojas, se deberán eliminar las más débiles de cada grupo y dejaremos sólo una. Las que hemos retirado, las podemos consumir en ensaladas. A partir de julio podemos cosechar.

Ajos

El ajo se ha convertido en el condimento imprescindible en nuestra cocina, al igual que la cebolla.

Desde la antigüedad se ha usado incluso en medicina. Se ha encontrado el origen del ajo en los países del centro de Asia, propagándose más tarde por el Mediterráneo y el resto del mundo.  Actualmente, España se encuentra entre los primeros puestos de productor de ajos a nivel europeo y mundial

El ajo está presente en nuestros mercados durante todo el año, ya que pueden ser plantados en diferentes épocas, además de poseer gran resistencia y conservarse perfectamente una vez secado. Se pueden entonces sembrar en dos momentos:

  • A finales de otoño o principios de invierno, siendo recolectados 8 meses después, en verano.
  • En primavera, requiriendo simplemente unos 4 meses para su recolección.

La planta del ajo soporta bien las diferentes temperaturas: hasta que aparezcan las primeras hojas, podrá tolerar el frío y el intenso calor del verano, siempre y cuando el suelo esté suficientemente húmedo. Para que nuestro cultivo se desarrolle de modo pleno, es necesario que las temperaturas nocturnas no sobrepasen los 16ºC.

Respecto al suelo, este deber poseer buen drenaje. Además, la adaptabilidad del ajo a los suelos de cultivo de cereales es alta.

El riego variará en función de la etapa de crecimiento de nuestra planta, siendo sus necesidades de agua principalmente cubiertas por las lluvias de forma natural. Durante la formación del agua, la cantidad será mayor, mientras que en el periodo de maduración será menor, hasta las dos semanas anteriores a la recolección, cuando serán nulas.

Rábanos

El rábano es una de las hortalizas que poseen mayor velocidad de crecimiento. Pertenece a la familia de las col, el nabo o la coliflor, pero tienen un gusto diferente. Principalmente se añade a las ensaladas por su refrescante sabor, pero también puede incluirse en encurtidos o guisos.

Su cultivo es sencillo, ya que no requiere de mucha atención ni continuo trabajo. Además, debido a la rapidez de su cultivo, las plagas no tienen tiempo de desarrollarse, por lo que tendremos un asunto menos del que preocuparnos. Además, el cultivo del rábano es compatible con la mayoría de las hortalizas .

Del mismo modo, podemos conseguir una cosecha cada mes aproximadamente si sembramos una nueva hilera cada 15 días, siempre que evitemos los meses de temperaturas extremas, ya sean de calor o frío.

El riego irá de la mano del clima, pero es importante que tenga continua humedad, ya que la escasez de agua provocará un tubérculo fibroso y más picante, y el exceso le causará enfermedades y huecos.

Tras el mes de la siembra, el rábano estará listo para la cosecha. Hay que prestar mucha atención a este momento, ya que si sobrepasamos el tiempo para ello, el rábano amargará y se agrietará.

Hablamos de … Algodón

algodon cultivo

El algodón es un producto único, una de las fibras más utilizadas en el mundo. Proveniente del algodonero, planta del género Gossypium y la familia de las malváceas, dispone al menos de 40 variedades conocidas.

Se compone de multitud de fibras blandas y aislantes, que admiten el blanqueado y teñido, y además son muy resistentes a la rotura por tracción, lo que lo hace idóneo para la fabricación de prendas de vestir y otros tejidos. Además, es muy resistente a altas temperaturas y a productos químicos sin apenas dañarse.

Además de las fibras, el resto de componentes de la planta tiene también uso y potencial, especialmente en cosmética, puesto que de sus semillas se puede extraer el aceite de  fantásticas propiedades para multitud de cremas, e incluso margarinas en alimentación.

Aunque su desarrollo fundamental corresponde en especial a países con clima más tropical, Andalucía se ha convertido en la principal región productora de algodón en España. El motivo no es otro que las adecuadas condiciones climáticas del sur, así como al cada vez mayor conocimiento que tenemos de esta planta, lo que nos permite adecuar sus necesidades óptimas de regadío y de fertilización adecuada.

En este artículo, queremos contarte un poco más sobre este producto, el cuál nos acompaña a todos de una forma u otra en nuestro día a día, pero del que aún desconocemos muchas cuestiones. En especial, queremos profundizar en el uso de los fertilizantes óptimos y las cantidades recomendadas para este tipo de cultivo.

El suelo, la base.

Lo ideal es que esté limpio de maleza y preparado para dicho cultivo. Requiere para ello de cierta profundidad para la retención necesaria de agua, por lo que se tratará de un terreno arcilloso, y para que sea permeable con un PH entre 5.5 y 8.

El abono, el alimento.

En relación al uso de abonos, hay que tener en cuenta la cantidad máxima de nitrógeno aportada, pues no debe sobrepasar los 280 kgN/Ha. Además, no se debe aportar nitrógeno tras el inicio de la maduración. Para un suelo con un nivel normal de materia orgánica, recomendamos aplicar fertilizantes con formulaciones que presenten en conjunto una relación N:P2O5:K2O del orden de 2:1:

A continuación, te recomendamos los mejores fertilizantes para este tipo de cultivo:

  • Abonado de fondo: Se recomienda aplicar entre 300 y 600 kg/Ha de fertilizantes de la GAMA NPK, (dependiendo de la fórmula elegida).
  • Abonado de cobertera: La aplicación de nitrógeno se debe realizar en dos coberteras de 300-600 kg/Ha en cada una con las GAMAS NITROSAC / INNITRO. En suelos con escasez de materia orgánica, se recomienda emplear la GAMA FERTIORGAN en vez de la NPK, con las mismas dosificaciones.

 

Clima y proceso de cultivo

La temporada de siembra del algodón suele ser en primavera ya que necesita calor. Su crecimiento y floración se producirá al cabo de 5 meses.

El clima debe ser cálido, ya que su germinación tiene lugar con temperaturas por encima de los 14ºC, siendo la temperatura de 20ºC la ideal. Requiere de mayor cantidad de agua en el mes anterior a la floración, el periodo más sensible a la sequía. Por otro lado, en la etapa de floración necesitará entre 20º y 30ºC. Finalmente, para su maduración requerirá entre 27 y 30ºC.

Su recolección ideal es de tipo manual, lo que permitirá obtener un producto más limpio y de mayor calidad, aunque suponga un incremento en el coste de producción así como un mayor tiempo de recogida.

Una vez recolectado, se separan las semillas y las fibras de las vainas para obtener sus motas (las partículas de hilo de algodón). Comenzará así su proceso de industrialización.

Cultivos para recordar

Espelta, mijo, quinoa…, son probablemente términos que nos resulten familiares, y en el mejor de los casos, somos capaces de relacionarlos con la alimentación. La quinoa, porque está de moda, probablemente, y se reconoce bastante en nuestra generación, cada vez se habla más de ella y sus propiedades, pero el mijo o la espelta, seguramente le suenen más a nuestros padres o abuelos.

Aún así, muchos de nosotros los identificaríamos más como ingredientes que acompañan en la alimentación que como productos en sí mismos. En todos los casos se trata de cereales que son conocidos como “antiguos”, antes se consumían mucho más y a día de hoy están menos presentes en nuestra dieta habitual.

A lo largo de la historia, hemos reducido las más de 30.000 especies de plantas comestibles a unas 6.500 especies normalmente cultivadas para producir alimentos. A pesar de ello, en la actualidad solo utilizamos 170 cultivos a una escala significativa a nivel más usual y comercial. Y, para mayor atención, siguiendo la relación, lo habitual es que sólo unos 30 de estos cultivos sean los más considerados en nuestra dieta diaria.

Miles de cultivos han sido “olvidados”, bien porque conllevan grandes costes de producción, o porque sus condiciones climáticas óptimas se enclaven en pequeñas localizaciones. Otros de los factores posibles serían por bajo rendimiento o por desconocimiento. ¿Cuántas veces hemos visto en reportajes en revistas o televisión variedad de  frutas y verduras de colores y sabores inusuales? Este hecho, nos está haciendo perder oportunidades de descubrir nuevos sabores y sobre todo de beneficiarnos de maravillosos nutrientes.

Lo bueno de las modas, es que lo tradicional suele volver, en este caso, a la mesa, y lo mejor, es que llega aportando multitud de vitaminas, nutrientes y otros elementos muy necesarios a nuestra salud. Y ganamos también en variedad.

Aquí queremos “recordar” algunos de estos alimentos que vuelven para aportar.

  • Espelta: es una variedad de trigo antigua. Contiene mayor contenido de proteínas que el trigo común, sus hidratos de carbono son mayoritariamente complejos y contiene bastante fibra, lo que le convierte en un cereal de bajo índice glucémico. Esto significa que el organismo lo asimila de un modo lento y progresivo, al contrario que el trigo, por lo que se considera más saludable.

  • Chia: son unas semillas conocidas como «superalimento»,  ricas en grasa «buena», fibra y vitaminas. Ofrece diversos beneficios para la salud como bajar el colesterol, pero no hay que olvidar que su consumo debe ser responsable.

  • Mijo: es un pequeño cereal muy parecido al cuscús (siendo este de trigo) rico en hierro y en magnesio.

  • Pitaya o fruta del dragón: esta se conoce como un tesoro nutricional, ya que es rica en Vitamina C, contiene vitamina B, antioxidantes, calcio, fósforo, hierro, alto porcentaje de agua, proteína vegetal y fibra soluble. Una de sus propiedades más destacadas es su acción antiinflamatoria y antioxidante.

 

Con el suficiente apoyo político en forma de ayudas para financiar estos cultivos tradicionales, estos otros productos podrían incorporarse en mayor medida al mercado mundial de consumo alimenticio. Los beneficios son claros, un mayor aporte a nuestra salud por sus buenas propiedades nutricionales, y una mayor diversidad, variedad y riqueza en nuestra dieta.

Cultivo de uvas

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Enfermedades del maiz

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Absorción de nutrientes

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