Este cultivo presenta características muy específicas al realizarse en condiciones de inundación, que afectan profundamente al crecimiento de la planta y a la absorción de los nutrientes.
Por otro lado estas condiciones favorecen la disponibilidad de nutrientes secundarios como el calcio y el magnesio, y de micronutrientes como el hierro y el manganeso.
En cambio se genera una deficiencia de Zn, que es necesario tener en cuenta durante el abonado.
En especial este cultivo necesita bastante nitrógeno en los periodos precoces y medios.
En suelos arenosos (con bajo CIC) es necesario realizar una aportación fraccionada en tres partes: 1/3 en fondo, 1/3 al ahijamiento y el último tercio al inicio de la panoja.
En suelos con mayor capacidad de retención basta aplicar en cobertera solamente 1/3 del total.
Dada la sinergia entre el azufre y el nitrógeno es conveniente aportar ambos nutrientes mediante nuestras GAMAS NITROSAC e INNITRO.