Los días cada vez son más largos, el buen tiempo se aproxima y los huertos lo saben. Por ello, es necesario ir adaptando nuestros cultivos.
El tiempo en esta época del año puede ser impredecible. Aunque durante una semana disfrutemos del sol, a la siguiente podemos sufrir la incesante lluvia. Por ello, es necesario elegir correctamente las verduras y hortalizas que sembraremos en nuestro huerto o campo, a la vez que mantener cuidado el estado del suelo, apropiándolos a este mes previo a la primavera.
Remolacha
La remolacha es una hortaliza procedente de la zona costera del norte de África. Destaca entre sus variedades la usual remolacha caracterizada por su tinte rojizo. Este se debe a dos pigmentos: la betacianina y la betaxantina. Como estos no pueden ser digeridos, producen que la orina luzca este tono.
La remolacha puede ofrecer diferentes usos: se pueden consumir sus raíces cocidas en algunas comidas como las ensaladas; como colorante en productos alimentarios o para extraer azúcar.
El cultivo de la remolacha es relativamente fácil, creciendo al sol y en suelos ricos en nutrientes y ligeros.
Es importante sembrar a poca profundidad para evitar los tallos débiles. El riego será abundante y la tierra tendrá que permanecer húmeda hasta aparecer las primeras hojas tras aproximadamente diez días. 45 días después, cuando la planta presente unas 3 o 4 hojas, se deberán eliminar las más débiles de cada grupo y dejaremos sólo una. Las que hemos retirado, las podemos consumir en ensaladas. A partir de julio podemos cosechar.
Ajos
El ajo se ha convertido en el condimento imprescindible en nuestra cocina, al igual que la cebolla.
Desde la antigüedad se ha usado incluso en medicina. Se ha encontrado el origen del ajo en los países del centro de Asia, propagándose más tarde por el Mediterráneo y el resto del mundo. Actualmente, España se encuentra entre los primeros puestos de productor de ajos a nivel europeo y mundial
El ajo está presente en nuestros mercados durante todo el año, ya que pueden ser plantados en diferentes épocas, además de poseer gran resistencia y conservarse perfectamente una vez secado. Se pueden entonces sembrar en dos momentos:
- A finales de otoño o principios de invierno, siendo recolectados 8 meses después, en verano.
- En primavera, requiriendo simplemente unos 4 meses para su recolección.
La planta del ajo soporta bien las diferentes temperaturas: hasta que aparezcan las primeras hojas, podrá tolerar el frío y el intenso calor del verano, siempre y cuando el suelo esté suficientemente húmedo. Para que nuestro cultivo se desarrolle de modo pleno, es necesario que las temperaturas nocturnas no sobrepasen los 16ºC.
Respecto al suelo, este deber poseer buen drenaje. Además, la adaptabilidad del ajo a los suelos de cultivo de cereales es alta.
El riego variará en función de la etapa de crecimiento de nuestra planta, siendo sus necesidades de agua principalmente cubiertas por las lluvias de forma natural. Durante la formación del agua, la cantidad será mayor, mientras que en el periodo de maduración será menor, hasta las dos semanas anteriores a la recolección, cuando serán nulas.
Rábanos
El rábano es una de las hortalizas que poseen mayor velocidad de crecimiento. Pertenece a la familia de las col, el nabo o la coliflor, pero tienen un gusto diferente. Principalmente se añade a las ensaladas por su refrescante sabor, pero también puede incluirse en encurtidos o guisos.
Su cultivo es sencillo, ya que no requiere de mucha atención ni continuo trabajo. Además, debido a la rapidez de su cultivo, las plagas no tienen tiempo de desarrollarse, por lo que tendremos un asunto menos del que preocuparnos. Además, el cultivo del rábano es compatible con la mayoría de las hortalizas .
Del mismo modo, podemos conseguir una cosecha cada mes aproximadamente si sembramos una nueva hilera cada 15 días, siempre que evitemos los meses de temperaturas extremas, ya sean de calor o frío.
El riego irá de la mano del clima, pero es importante que tenga continua humedad, ya que la escasez de agua provocará un tubérculo fibroso y más picante, y el exceso le causará enfermedades y huecos.
Tras el mes de la siembra, el rábano estará listo para la cosecha. Hay que prestar mucha atención a este momento, ya que si sobrepasamos el tiempo para ello, el rábano amargará y se agrietará.